Jeremias 46



Profecía.


    Una de las cosas que me llama la atención aquí, es mirar cuan duros de corazón somos. Como humanidad me refiero. En capítulos anteriores vemos como Dios ha permitido que Jerusalén cayera por manos de Nabucodonosor, vimos igual las justificaciones que el pueblo judío tubo para hacer lo que creía que era correcto. Muchos falsos profetas, Seguridad económica, peligro de muerte, inestabilidad política, etc. Muchas son las cosas que pasaron por su mente, cuerpo y corazón. 


    Espero que al mirar esto, también recordemos que esto lo han vivido a causa de su mala cabeza. Hicieron oídos sordos a la profecía de Jeremías, alentaron a los falsos profetas, vieron más por su seguridad que honrar a Dios obedeciendo a sus propias concupiscencias, evadiendo responsabilidades que como hombre deberían tener, dieron paso a que otros tomaran decisiones.


    Si entendemos el orden cronológico, en el capítulo 43 fue después del capítulo 46. ¿Por qué el escritor lo redacto de esa manera? No lo sé. Pero me enseña que fue dicho antes de que el pueblo judío estuviera en dilema en el capítulo 42, lo que me dice que ellos tenían bases sólidas para obedecer a Dios, no solo tenían bases sólidas por todo lo que Dios había hecho, pero ahora hay una evidencia que Egipto no era un lugar de escape. Se entiende que Egipto era en ese entonces el lugar de Prosperidad, seguridad, etc. Esto es muy interesante porque hoy día tenemos un lugar así igual mente, las políticas de ese país ahora nos muestran que no es un lugar para los que somos de Latinoamérica, no quiero que piensen que digo que Egipto de aquel entonces es igual al país que nos brinda “un sueño” Pero como cristianos debemos entender que:


    Nuestro único lugar más seguro para estar, es la voluntad de Dios; David dijo: Joven fui, y he envejecido, Y no he visto justo desamparado, Ni su descendencia que mendigue pan. (Salmo 37:25) Este testimonio es perpetuo, y se repite vez tras vez, solo es cuestión de leer otros salmos (Sal.23) y aquellas palabras de pablo:

que estamos atribulados en todo, mas no angustiados; en apuros, mas no desesperados; perseguidos, mas no desamparados; derribados, pero no destruidos; (2 Cor. 4)
Por muy complicado que sea el panorama, recordemos que “nada nos puede separar de su amor” (Rom 8:35) pero…

La clave está en la obediencia. Por su misericordia escuchamos su palabra; nos dio vida. Oremos para ver, palpar, contemplar lo hermosos de su voluntad, la cual es buena, agradable y perfecta. No nos conformemos a este mundo, tengamos la mente de Cristo.
Recuerda el verso 27: Y tú no temas, siervo mío Jacob, ni desmayes, Israel; porque he aquí yo te salvare..
Si hemos escuchado su palabra, vayamos en pos de ella. Dios les bendiga.

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